jueves, 27 de diciembre de 2007

GUADALAJARA SIN PRIMAVERA

Otro fraccionamiento en La Primavera (20° 44’ 43” N, 103° 35’ 33” O)

Nunca antes el bosque La Primavera estuvo tan amenazado. En la actualidad ese recurso natural --supuestamente protegido-- es vulnerado por la estúpida voracidad de unos cuantos y la complicidad de otros tantos, ante la indiferencia de una sociedad desinteresada y permisiva.

La Primavera es vital para la segunda ciudad más importante del país; entre otros beneficios aporta buen clima, mucha agua y oxigeno a los tapatíos; además es refugio de la vida silvestre y contribuye a frenar los efectos del cambio climático global.

La Primavera cuenta con una superficie de 36,200 hectáreas, de las cuales 30,500 están protegidas bajo decreto federal publicado en 1980, convirtiéndola en Área Natural Protegida (ANP) con la categoría de Zona de Protección Forestal y Refugio de la Fauna Silvestre. Desde ese momento los particulares y ejidatarios poseedores de predios dentro de su delimitación están sujetos a leyes y reglamentos que priorizan la conservación de un recurso natural que le pertenece a la nación.

Además La Primavera también fue declarada Reserva de la Biosfera, categoría que compromete al Estado Mexicano a conservarla para el resto del mundo y la humanidad.

No obstante la reconocida y muy difundida importancia ambiental del bosque, durante los últimos años la zona forestal adyacente al polígono protegido sufre los embates de nuevos desarrollos residenciales, que --luego de destruir arbolado y causar erosión, entre otras atrocidades-- cínicamente se promocionan como fraccionamientos ecológicos. Por otro lado, cada día hay más asentamientos irregulares que avanzan hacia el bosque. Y por si lo anterior no fuera suficiente, en fechas recientes han proliferado construcciones e infraestructura dentro de la ANP que además de ser violatorias a las leyes ambientales también impactan negativamente a un ecosistema único en su tipo que cada vez es más frágil.

¿Y las autoridades?…
Bien gracias.

Los primeros responsables del cuidado y buen uso del bosque deberían ser los municipios sobre los cuales se asienta (Arenal, Tala, Tlajomulco y Zapopan). Sin embargo, son esas entidades los principales promotores del cambio de uso de suelo para propiciar, según ellos, “desarrollo económico”.

Luego debería ser el gobierno del Estado a través de la Secretaria de Medio Ambiente (Semades) y la Administración del Bosque la Primavera; dependencias que ilógicamente carecen de autoridad para hacer cumplir la ley.

Entonces convendría preguntarnos:
¿Para que sirven?

Es hasta el ámbito federal donde existe una autoridad facultada para sancionar a quienes dañan un recurso natural que le pertenece a todos, dicha entidad es la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Sin embargo, la delegación estatal de esa dependencia ha demostrado ser incapaz, o quizá cómplice, ante la serie de irregularidades ocurridas recientemente en la ANP de La Primavera.

¿Y la sociedad civil?…
Hasta el momento sólo un puñado de ciudadanos, periodistas, académicos y miembros de la organización ecologista Greenpeace, se han atrevido a levantar la voz.

¿Hasta cuando permitirán los tapatíos que pongan en riesgo su futuro ambiental?...
Quizá hasta que Guadalajara no tenga Primavera.