Por: Tlacuache atropellado
Fotos: REUTERS
Una de las preguntas más frecuentes entre los mexicanos durante la actual crisis sanitaria es: ¿de dónde vino éste maligno virus mutuante que nos mantiene al borde de la paranoia?
Desde el punto de vista médico-epidemiológico se trata de un virus de la influenza tipo “A“, H1N1, con la peculiaridad que combina factores génicos relacionados a las aves, cerdos y desde luego a los humanos.
Los científicos creen que la nueva cepa del virus proviene de personas que mantuvieron contacto estrecho y constante con cerdos (quizá en una granja asiática) y que producto de esa cercanía se produjo una mutación en la cual se combinaron genes del virus de la influenza porcina con genes de la influenza estacional que típicamente afecta al humano.
Además de la teoría científica, también hay quienes intentan explicar la aparición de la enfermedad afirmando que se trata de una plaga apocalíptica, un castigo divino por los excesos irrespetuosos cometidos por la humanidad en contra de la vida y el medio ambiente.Curiosamente ambas explicaciones señalan a un responsable obvio e irrefutable: el hombre mismo.
Sin duda la actual pandemia es consecuencia de acciones humanas, en ese contexto bien vale la pena reflexionar al respecto ¿no lo creen?
La sobrepoblación, el hacinamiento, la ausencia de equidad social, la explotación irracional de los recursos naturales, la contaminación del ambiente y la consiguiente alteración de los patrones biológicos y climáticos del planeta, así como el indiscriminado e irresponsable proceso de globalización económica son los factores antropogénicos que propiciaron la aparición de la influenza porcina o mexicana.
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